Hace poco más de un año atrás estaba yo en casa de esta mujer, ella desparramada elegantemente en el suelo a la vez que daba un do de pecho, representando lo que yo tendría a bien ilustrar luego.
El mes pasado se presentó finalmente su libro en el Círculo y no pude estar allí, así que este es mi modo de participar también del evento.
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(Según Vul Morcilla)
Antes que nada, nos remontamos al antiguo Testamento. Allí se nos habla de Saúl, un importante mercader que creía en la reencarnación del oro. ¿Qué significaba esto? Que durante la noche, el oro se "reproducía" según ciertas proyecciones lunares. Pero para poder "activar" el oro, para poder "habilitarle" esta propiedad, se debía orar fuertemente durante dos años seguidos, sin siquiera pestañar. Cualquier gesto mundano estropearía de inmediato la labor de oración. Saúl sabía perfectamente que jamás lograría cumplir semejante tarea, así que le pagó a un esclavo para que lo hiciera, y efectivamente el esclavo tampoco pudo mantener la promesa y fue decapitado.
De hecho, no se conoce relato o narración histórica alguna que diera como verosímil aquel mito del oro que se reproduce nocturnamente. Pero Saúl, antes de fallecer, escribió un pergamino en lengua secreta y lo mandó enterrar cerca del actual mar muerto. Un grupo de metafísicos holandeses lo hallaron recientemente y lo llevaron a Oxford, en donde un grupo de expertos decodificarían el texto.
El resultado fue sorprendente. Saúl había creado un lenguaje de canto, para convocar espíritus, para dominar el éter, para -incluso- hablar en "conexión directa" con Yahvé, entre algunas de las propiedades más destacables.
Lamentablemente este descubrimiento arqueo-lingüistico fue arrebatado rápidamente por Bill Gates.
Nadie sabe si se está construyendo un sistema operativo que funcione mediante el uso de variables corales, o si Bill Gates está construyendo un arma que tendría la dimensión de un teléfono móvil, y con la potencia de destruir -a la distancia- un planeta entero, con una micro-onda de sonido ultra-comprimida.
espero que el árbol de frutos
(y mostrá más)
laralai, que de frutos, que de (diría la abuela)
grabó un buen disco de canciones sefaradíes que tuvo relativo éxito entre la progresía bonaerense de la época...
lindo el árbol.
Qué bien que te sientas inspirada por el viernes, a mi como buena proletaria me hace feliz siempre.
cachoepan, está en tu web lo que ilustrabas/escribías (no sé) para la Opinión? quiero ver!
espero que estén en algún archivo de argentina (1971/75)
fui el único ilustrador de un diario sin imágenes durante todos esos años.